Si tuviera que definir el estoicismo con una palabra y solo una, sería la templanza. Te resultará más familiar si hablamos de “aguantar estoicamente”, ¿a que sí?
El término templanza en su origen griego (sophrosyne) hace referencia al autocontrol y la moderación. A no dejarse llevar por los impulsos.
Pienso en la sociedad actual. Es justo lo contrario a la mesura. La publicidad, los eslóganes políticos, hasta los emojishacen referencia a las emociones y los instintos. Se busca la sensación por encima de la razón o la lógica. Pretenden que actuemos como hinchadas deportivas, que neguemos lo evidente, que defendamos hasta la muerte a “los nuestros” aunque nuestro equipo sea el que pone la zancadilla.
Dicen que en la entrada del oráculo de Delfos se encontraba una inscripción que rezaba: “Conócete a ti mismo”. No se me ocurre tarea más ardua y satisfactoria para quien lo consiga. Y para lograrlo es imprescindible volver los ojos hacia nuestro interior, observarnos cual espías y tomar buena nota de nuestras pesquisas para proceder con la mejora.
La vida luchará por evitar que te conozcas. La templanza puede ayudarte, úsala como escudo. Guárdate de las flechas envenenadas y date tu tiempo. Medita bien cómo proceder, que hasta la venganza se sirve en plato frío. Haz de tu disciplina una rutina.
Puede que te sientas como un perro verde allá donde vayas, que lo que te parece lógico no sea visto como tal, que te repudien o seas tú quien tenga que marcharse. Todo merece la pena si te diriges bajo tu voluntad por encima de cualquier circunstancia. Ser fiel a ti mismo es lo más sagrado que tienes.
Ojo, la templanza no significa que no sientas nada y que permanezcas impasible ante todo. Se trata de reconocer tus emociones en cada momento y en caso de que no sean las que deseas, seas capaz de canalizarlas y transformarlas en las que sí quieres que te embarguen. El típico “antes de decir nada cuenta hasta 10” que nos decían de pequeños hunde sus raíces en esta sabiduría.
Tampoco es positivo quedarse enganchado al bucle de analizarte hasta quedarte paralizado. En algún momento tendrás que reaccionar y la experiencia te irá proporcionando más confianza con cada ocasión que se presente. La frustración y la culpa darán paso a la seguridad y la calma.
Va siendo hora de terminar esta página y me he guardado lo mejor para el final: la templanza es contagiosa, más que ninguna gripe que haya existido. El antídoto está en tu mano. Tú eliges.
Cita para pensar
No te dejes arrastrar por el torbellino de las pasiones. Por el contrario, ante cualquier impulso, corresponde con lo justo, y ante cualquier fantasía, conserva la facultad de comprender. Marco Aurelio.
Me gustó