Siguiendo la serie dedicada a las virtudes fundamentales del estoicismo, dedicaré esta edición a la sabiduría. Su diosa era Atenea y los griegos la representaban con un búho sobre el hombro, de ahí que este animal se convirtiera en su símbolo y llegase a la portada de esta página.
Sofía viene del griego sophos. Además de ser nombre de reina emérita (y griega) significa sabiduría. Los estoicos consideraban a la sabiduría una de sus virtudes cardinales, pero le aplicaban un matiz especial. Cuando se referían a ella el vocablo que usaban era phronêsis, que quiere decir sabiduría práctica. Consiste en ver las cosas tal y como son, de la manera más objetiva posible. De esta forma elegiremos nuestros juicios, reacciones y acciones de la forma más correcta.
Practicar la sabiduría estoica es estudiar con profundidad cada suceso, ya que las apariencias engañan y debemos ser capaces de discernir entre lo bueno y lo malo. Para Cicerón, esta es la virtud más propia del hombre.
Las preguntas más básicas que puedes hacerte, así para empezar, serían:
- ¿Cómo es el mundo?
- ¿Por qué es así?
- ¿Qué es la realidad?
- ¿Y el universo?
Como ves, cositas sencillas, jajaja. No te asustes, sabes mucho más de lo que te piensas. Esto no consiste en buscar términos enrevesados sino la máxima objetividad, ¿recuerdas?
Elijamos una de las preguntas anteriores, por ejemplo la del universo. Podríamos empezar diciendo que es un espacio infinito y que está compuesto por materia que flota en él. Esa materia se agrupa en forma de galaxias, que a su vez están formadas por estrellas, planteas, satélites, cometas… y así iríamos reduciendo hasta llegar al mínimo compuesto: los átomos y sus correspondientes núcleo, protones, neutrones y electrones.
En otros casos nos puede resultar más útil o con mayor significado hacer el proceso inverso y analizar cada suceso desde lo más simple hasta lo complejo. Sentir que eres una milmillonésima parte de un planeta minúsculo que sería una punta de alfiler en un pajar, te baja del pedestal en menos que canta un gallo. Y aún así eres un milagro que forma parte de ese sistema perfecto.
No importa que te dejes algo por el camino o que haya cosas que no entiendas y no tengas una respuesta. El mero hecho de pararte a pensar, mirar cada cosa, persona o situación desde todos los ángulos posibles permite que en vez de reaccionar de forma instintiva, lo hagas con mesura. Por tanto, será proporcionada y te ahorrará más de un malentendido e incluso disgustos.
De paso y sin darte cuenta practicarás la empatía, lo que beneficiará tus relaciones sociales. No caerás en la desesperación tan fácilmente, confiarás en el destino y la naturaleza y disfrutarás de ser como eres, tan humano como los demás.
Nos vemos en la próxima página.
Cita para pensar
Todo lo que escuchamos es una opinión no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad.
Marco Aurelio.